El primer stent coronario completamente bio-reabsorbible ha sido aprobado recientemente por la Administración Americana de Medicamentos y Alimentos (FDA), convirtiéndolo en el único dispositivo con sus características autorizado para el tratamiento de la enfermedad de la arteria coronaria, una afección común en 15 millones de personas residenciadas en Estados Unidos, y que es responsable de 7.4 millones de muertes en todo el mundo, pues es de las principales causas de mortalidad mundial.
Esta condición se desarrolla cuando depósitos que contienen grandes cantidades de colesterol se acumulan en las arterias coronarias, bloqueándolas, lo que disminuye el flujo sanguíneo hacia el corazón. Esto puede causar dolor en el pecho (angina), falta de aliento y fatiga, entre otros síntomas cardiacos. Usualmente, el tratamiento para esta enfermedad es a través de un procedimiento denominado angioplastia, que consiste en ensanchar la arteria introduciéndole un stent de metal.
Sin embargo, es usual que se forme tejido cicatricial dentro del stent, lo que provoca que la arteria se estreche de nuevo (reestenosis); esto puede ser combatido con la utilización de stents con liberación de fármacos (stents farmacoactivos) que emiten concentraciones precisas de drogas que impiden la proliferación celular. No obstante, estudios recientes han demostrado que poseen menos eficacia de la esperada, siendo muy similares a los stents tradicionales de metal.
El Absorb, elaborado por Abbot, líder internacional en el desarrollo de productos y tecnologías que abarcan toda la asistencia sanitaria, está fabricado con un polímero biodegradable, denominado poliácido láctico, el cual es similar al material utilizado en otro tipo de dispositivos médico-absorbibles, como las suturas solubles.
El cuerpo humano gradualmente absorbe el stent hasta que, transcurridos de dos o tres años de su colocación, todo el material extraño ha desaparecido dejando atrás solo cuatro marcadores de platino pequeños incrustados en la pared arterial, que ayudan a los cardiólogos a identificar dónde se colocó originalmente el stent.
Un producto probado
Para aprobar el Absorb, la FDA evaluó data de más de 2.000 pacientes en una prueba que comparó la tasa de efectos cardiacos adversos entre el Absorb y un stent metálico farmacoactivo. Luego de un año, el grupo que utilizó el Absorb mostró una tasa de eventos cardiacos adversos mucho menor al del grupo control.
Deepak Nath, Vicepresidente Senior de Abbott Vascular, señala que “el dispositivo bio-reabsorbible Absorb ofrece a las personas un alivio inmediato de los síntomas de esta enfermedad sin el compromiso de un implante metálico permanente, aportándoles tranquilidad y ayudándoles a recuperar la normalidad en sus vidas sin la preocupación de tener un implante metálico permanente”.
Por su parte, el doctor Manuel Pan Álvarez-Osorio, jefe de la Sección de Hemodinámica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, recalca que “esta novedosa tecnología es de interés tanto para los médicos como para los pacientes debido a su ingenioso diseño y comportamiento clínico. La ausencia de metal significa que el vaso tratado puede retornar a su estado natural, respondiendo a la demanda variable del corazón como consecuencia de las actividades diarias”.