Un importante estudio estadounidense examinará la medicina de precisión. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) están lanzando un estudio innovador que examinará la interacción entre los genes, entornos y estilos de vida de las personas para la elaboración de fármacos.
El estudio se ha denominado “All of Us” y se centrará en la medicina de precisión, que utiliza rasgos únicos para cada persona, esto a los fines de predecir la salud y tratar la enfermedad
Un proyecto piloto para la elaboración de fármacos
Este es un proyecto piloto, en el que actualmente involucra a más de 2.500 personas y espera tener mucho éxito. El NIH planea abrir la inscripción a principios del próximo año para más de 1 millón de adultos. Los participantes se someterán a pruebas de ADN y proporcionar detalles sobre los factores de estilo de vida, tales como sueño, ejercicio y dieta.
El estudio, que debe durar por lo menos 10 años, busca inscribir a una amplia variedad de estadounidenses, especialmente a las minorías que han estado infrarrepresentadas en la investigación científica y en el estudio de enfermedades para la creación de nuevos fármacos.
Los análisis del estudio
“Esto analiza las respuestas individuales al tratamiento de una manera que no podríamos hacer previamente con estudios más pequeños”, dijo el Director del NIH, Francis Collins, sobre la medicina de precisión aplicada en la elaboración de fármacos.
El Director del NIH, planea inscribirse en el estudio, diciendo que es una rara oportunidad de ser parte de un importante estudio, así lo describió indicando: “Tengo curiosidad por lo que esto podría enseñarme sobre mí, estoy bastante sano ahora mismo, me gustaría quedarme así.”
La privación del sueño es una grave amenaza para la salud
La privación del sueño se asocia con una serie de enfermedades graves, según un experto. Esta “catastrófica epidemia de pérdida del sueño” causa daño a su biología, así lo señaló Matthew Walker, director del Centro de Ciencias del Sueño Humano de la Universidad de California en Berkeley, dijo a The Guardian.
Las características de la vida moderna, como los largos trayectos, el aumento de la duración del trabajo y el tiempo personal, las luces eléctricas y demasiado tiempo frente a televisores y computadoras contribuyen a la privación del sueño, definida como menos de siete horas de sueño por noche.
La falta de sueño se ha relacionado con una serie de enfermedades, entre ellas el cáncer, la diabetes, las enfermedades del corazón, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad de Alzheimer, la obesidad y la mala salud mental.
“Ningún aspecto de nuestra biología se deja indemne por la privación del sueño”, dijo Walker. Las cosas tienen que cambiar: en el lugar de trabajo y en nuestras comunidades, en nuestros hogares y en nuestras familias.
Se espera que este estudio deje grandes avances en el campo médico, en lo relacionado con el sueño, especialmente para el desarrollo de fármacos y para combatir distintas enfermedades actuales y futuras.