En la industria farmacéutica es muy importante llegar a posicionar un medicamento, pues el mismo arrastrará a la marca y de hecho, es más fácil en el sector médico posicionar un fármaco en particular, que como tal, el laboratorio que lo produce. De allí, la importancia de utilizar como estrategia de marketing y de comercialización la relación medicamento – enfermedad, siendo más fácil relacionar un fármaco con el tratamiento de una determinada enfermedad, más que, con el nombre de laboratorio que lo fabrica.

Sí al escuchar una enfermedad solo se viene a la cabeza el nombre comercial de un medicamento es allí, cuando estratégicamente ha triunfado una campaña comercial y en eso es que se deben centrar los laboratorios farmacéuticos.

La relación medicamento – enfermedad

Esta relación se refiere al hecho que cuando una persona padece una enfermedad determinada debe recibir un tratamiento especial para sentirse mejor, curarla o al menos mejorar su calidad de vida. Así que, en marco de esta premisa, será necesario que los laboratorios que centraron esfuerzos en la producción de un medicamento que trata determinada enfermedad también logren posicionar un fármaco con su nombre, no con el de la fórmula o su compuesto, sino con el nombre comercial que hayan determinado para este.

Así que, en primer lugar, se debe proporcionar el nombre acertado, donde si el compuesto principal cuenta con un nombre complicado el nombre comercial permita simplificarlo y hacerlo de fácil recordatorio.

Por otra parte, otra excelente forma, además, de simplificar el nombre del compuesto, es atribuyendo al fármaco un nombre similar a la enfermedad que cura o al malestar que evita. Así, será mucho más sencillo posicionar el nombre.

El paciente debe pedir al médico el fármaco por su nombre

Cuando el nombre de un fármaco se ha posicionado lo suficiente, incluso llega a ser exigido por el propio paciente al médico tratante. Por ejemplo, si el paciente tiene algún dolor puede llegar a decirle al médico que le recete determinado producto y será ajuicio del facultativo quien recomendará la ingesta o no del mismo por parte del paciente, pero esto, será determinante para influenciar una marca.

A su vez, esta relación de medicamento – enfermedad, va relacionado con la calidad del producto, si el producto ha demostrado en el mercado ser efectivo y las personas que lo han probado, lo recomiendan, esto permitirá mejorar el trabajo de posicionar un fármaco. Lo anterior, se puede reforzar con un nombre sencillo del fármaco que sea fácil de recordar, así los clientes recomendarán con acierto el nombre del fármaco sin titubear o dudar su nombre.

Posicionar un fármaco que no requiere prescripción médica

Esta estrategia para posicionar un fármaco por su nombre en relación con la enfermedad también es muy certera para aquellos fármacos que no requieren prescripción médica, los cuales, son efectivos para tratar enfermedades sencillas o padecimientos virales simples, tal como, los analgésicos sencillos o de baja concentración (para aliviar dolores de cabeza), los antipiréticos, jarabes para la tos, antiácidos, o cualquier fármaco sencillo que no requiere de récipe médico para ser expendido en una farmacia.

Sobre este tipo de fármacos es más exitosa la campaña de posicionamiento del nombre, puesto que, incluso, son medicamentos que los pacientes o clientes los pueden tomar directamente de los anaqueles de una farmacia, por estar compuestos por fórmulas sencillas que no requieren la estricta vigilancia médica que si es exigida para otro tipo de fármacos.