La FDA ha autorizado recientemente la designación de “terapia muy importante” para la esketamina (Janssen), un medicamento experimental para tratar el trastorno depresivo mayor con riesgo inminente de suicidio. Se ha sabido durante años que la esketamina, un anestésico general, puede producir rápidamente efectos antidepresivos cuando se administra por vía intravenosa en dosis más altas. Sin embargo, estos efectos suelen durar sólo unos pocos días. Nuevas investigaciones están explorando la forma de extender los efectos antidepresivos de la ketamina.

La fase 2 de los ensayos han visto resultados con algunos pacientes que respondieron al tratamiento en cuestión de horas. Si es aprobada por la FDA, la esketamina sería uno de los primeros nuevos medicamentos para tratar el trastorno depresivo más revolucionarios de los últimos 50 años.

En el Ecuador la tasa de suicidios aumentó 3.4% de 2000 a 2012, según la OMS. Muchas veces estos trágicos eventos son el resultado de una depresión mayor no tratada o mal tratada. La importancia del desarrollo de nuevos tratamientos para estos difíciles episodios o cuadros crónicos, radica en ofrecer respuestas rápidas a pacientes en crisis. La esketamina como un nuevo tratamiento para pacientes con trastorno depresivo mayor es especialmente importante, ya que son pacientes que están en riesgo inminente de suicidio, una condición para la que actualmente no hay un tratamiento aprobado y que representa un importante problema de salud pública.

Janssen Investigación y Desarrollo está llevando a cabo ensayos clínicos para evaluar aún más el beneficio clínico de la esketamina. Esto incluye el trabajo en conjunto con la FDA durante todo el proceso de desarrollo y evaluación para lanzamiento al mercado farmacéutico.

Esketamine para la administración intranasal es un antagonista no competitivo y subtipo no selectivo dependiente de la actividad de N-metil-D-aspartato (NMDA), que tiene un nuevo mecanismo de acción, lo que significa que funciona de forma diferente a las terapias disponibles en la actualidad para la depresión. La compañía está llevando a cabo ensayos clínicos fase 3 para la depresión resistente al tratamiento.

El estudio clínico de la fase 2 de esketamina demostró una rápida reducción significativa, clínicamente y estadísticamente, de los síntomas depresivos en comparación con el placebo en pacientes con trastorno depresivo mayor que estaban en riesgo inminente de suicidio.

La reducción de los síntomas depresivos se demostró por el cambio desde el inicio en la puntuación total de Montgomery-Asberg Depression Rating Scale (MADRS), según la compañía.

La presentación intranasal de esketamina fue en general segura y bien tolerada, con un perfil de efectos adversos que fue consistente con los datos publicados, según la investigación dirigida por Ella Daly para Johnson & Johnson. “Estos resultados proporcionan evidencia importante para el uso potencial de esketamina intranasal para el tratamiento de pacientes con trastorno depresivo mayor y la ideación suicida, una condición para la cual existe una necesidad urgente de salud pública y en la actualidad no hay aprobado ningún tratamiento”, dijo Janssen.

En el estudio de Daly se comparó esketamina intranasal con un placebo en personas con depresión difícil de tratar, que había resistido a otros tratamientos. Daly y sus colegas asignaron al azar a los participantes para recibir una de tres dosis diferentes de esketamina intranasal (28 mg, 56 mg, o 84 mg) o placebo dos veces por semana.

Todas las dosis intranasales de esketamina mejoraron la depresión de los participantes en comparación con el placebo, con dosis más altas produciendo una mejora más sostenida. Después de las 2 semanas de estudio doble ciego, los participantes podían elegir para continuar (o comenzar) teniendo esketamina durante nueve semanas, disminuyendo la dosis lentamente de dos veces por semana a una vez cada dos semanas para el final. Los participantes fueron monitorizados durante otras ocho semanas. Las dosis intranasales de esketamina que recibieron condujeron a mejoras sostenidas en la depresión que duraron, en algunos casos, tanto como ocho semanas después de la última dosis. Los efectos secundarios no fueron graves. La ketamina puede producir sensaciones disociativas, pero éstas tienden a disiparse con dos horas de administración.