La reforma de los servicios de farmacia, el papel de los farmacéuticos y el desarrollo de la industria farmacéutica son actividades que deben estar en continúa actualización, más aún cuando las naciones más modernas quieren disponer de máquinas dispensadoras de fármacos que podrían reemplazar a los farmacéuticos, colocando también en riesgo el control de los laboratorios.
Los dispensadores automáticos de medicamentos
La idea de usar robots para despachar drogas no es nueva, los dispositivos dispensadores automáticos se han usado ampliamente en hospitales de todo el mundo desde mediados de la década de 1990 como una forma de reducir los errores de medicación, mejorar la seguridad del paciente y disminuir los costos.
En la última década, estos dispositivos se han expandido a los entornos de farmacias comunitarias ya que las presiones financieras han impulsado la búsqueda de eficiencias. Los sistemas automatizados pueden reducir la tasa de error en la dispensación de medicamentos, pero introducen diferentes tipos de errores en el sistema en lo que respecta a los datos de prescripción.
Máquinas costosas que hacen perder el contacto del paciente con los laboratorios
Los sistemas automatizados son costosos para ser adquiridos por las farmacias, además, no proporcionan la misma atención que los farmacéuticos, quienes incluso tienen contacto con los laboratorios y pueden reportar cualquier inquietud que presenten los pacientes.
Ahora bien, dadas las inversiones requeridas para comprar las máquinas automáticas, es posible que no todas las farmacias logren tenerlas y que su esparcimiento por el mundo no sea tan rápido.
En el Reino Unido, ha habido presiones para que las farmacias comunitarias adopten cada vez más la automatización desde hace algún tiempo, pero, es bien sabido que su Servicio Nacional de Salud tiene importantes desafíos presupuestarios y está buscando formas de ahorrar dinero, sin embargo, aún no ha implementado el uso de estas máquinas.
La resistencia ante las máquinas dispensadoras de fármacos
Como era de esperar, se encontró con una resistencia significativa de la profesión farmacéutica y de la industria en general de aceptar las máquinas dispensadoras de fármacos, ya que desafía la existencia de algunos trabajos y significará un cambio para otros. Por otro lado, también hay buenas razones para que otros se preocupen por estos cambios en términos del impacto en el sistema de salud en general.
Los farmacéuticos de la comunidad brindan una serie de funciones que van más allá de simplemente dispensar medicamentos. En los últimos años, hemos visto a los farmacéuticos dejar de ser solo los que completan las recetas, para transformarse en personas con una gran cantidad de conocimientos clínicos que pueden aconsejar sobre cómo tomar los medicamentos de forma segura y cómo controlar las afecciones crónicas.
Los farmacéuticos también son probablemente una de las partes más accesibles del sistema de salud, son el contacto directo con los fabricantes y son excelentes aliados al mercado actual que crece y se expande, en virtud del número creciente de personas que viven con enfermedades crónicas y toman medicamentos, por lo que los farmacéuticos pueden desempeñar un papel importante en la educación y el asesoramiento sobre el manejo de medicamentos.
Por lo que el futuro de las máquinas dispensadoras de fármacos aún está en discusión, quizás el proceso de adaptación a las mismas no sea un proceso fácil, por lo que aún pasarán varios años antes que estos sistemas se implementen de forma globalizada.