Las bioterapias o inmunoterapias continúan ganando protagonismo en el tratamiento de varias enfermedades. Además, se espera que las terapias génicas revolucionen el tratamiento de muchas enfermedades.
¿Qué son las bioterapias?
La bioterapias consisten de estrategias para estimular o reponer el sistema inmunitario frente al cáncer, infecciones u otras enfermedades. También se usan para aminorar los efectos secundarios de tratamientos agresivos de cáncer.
Además, aunque su composición de aminoácidos es exacta, las proteínas no son medicamentos porque su secuencia (orden de los aminoácidos) o su estructura espacial no es forzosamente la correcta. En ese caso, no se puede correr el riesgo de sustituir una bioterapia por un biosimilar, excepto en pacientes naives para los que las bioterapias constituyen una alternativa eficaz a los biosimilares en caso de fracaso de estos últimos.
Los avances en los últimos 30 años en el ámbito terapéutico son fruto de avances en la comprensión de los mecanismos que rigen el funcionamiento de las células. Ahora ya se conocen las enzimas y proteínas que participan en la replicación de las células, y por qué determinadas células expresan ciertos factores y no otros.
Desde los años ochenta, estas proteínas se obtenían a partir de sangre humana pero la sangre contaminada como en el caso de las vacas locas y los problemas con las hormonas de crecimiento han causado que los fabricantes planteen enfoques diferentes que disminuyan los riesgos. Ahora el enfoque es producir estas proteínas usando organismos vivos, los denominados microorganismos “recombinantes”. La primera proteína creada de este modo fue la insulina.
Tratamientos como Glivec® y el Herceptin® han revolucionado el tratamiento de las leucemias mieloides crónicas y el cáncer de mama. haciendo que hoy en día el cáncer de mama ofrezca un pronóstico mucho mejor. También se ha extendido en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias crónicas como la espondilartritis anquilosante, la poliartritis reumatoide, la enfermedad de Crohn y la psoriasis.
Estos son tratamientos costosos, pero se espera que su precio se reduzca con el desarrollo de copias, denominadas biosimilares: productos de los que se ha demostrado la actividad terapéutica y se ha validado la seguridad, pero que aún no son sustituibles por genéricos.