El hecho que los pacientes crónicos o con enfermedades transitorias no consuman de forma adecuada su medicamento es un hecho que ha sido estudiado y corroborado por diferentes instituciones a nivel mundial, en donde se certifica el hecho de la falta de adherencia al tratamiento por parte de los pacientes, cuestión, que perjudica a los laboratorios farmacológicos, pues hace imposible hacer un seguimiento asertivo de la efectividad del medicamento y sus reacciones con el uso continuo, de forma tal, que se pueda ir mejorando el fármaco con el tiempo.
Por otra parte, la no adherencia al medicamento también trae como consecuencia que se desconfíe de los laboratorios farmacológicos y la efectividad de los medicamentos que se producen, cuando la realidad, es que el paciente no lo consume con la frecuencia o dosis prescrita por el médico tratante.
La realidad con la que deben lidiar los laboratorios farmacológicos
La realidad que deben enfrentar los laboratorios farmacológicos es más fuerte con los pacientes crónicos, en especial porque la ingesta de un medicamento es lo que le permite a la persona enferma mantenerse con vida y garantizarle calidad de vida, pero al mismo tiempo es un recordatorio que posee una enfermedad que debe tratar, lo que se transforma en una paradoja que afecta psíquicamente a los pacientes y que trae como consecuencia la falta de adherencia al tratamiento.
Por otra parte, el problema también afecta a la industria farmacéutica en lo que se relaciona a la sostenibilidad y precios de los medicamentos, pues la continuidad del mismo aporta a los laboratorios farmacéuticos el capital que requiere para continuar con los avances en el desarrollo del mismo medicamento o de otros más que trate enfermedades similares o distintas.
El problema es también de salud pública
Así mismo, este problema de falta de adherencia al tratamiento se convierte en un problema de salud pública, ya que, impide el verdadero control de una enfermedad, en virtud que, los laboratorios farmacológicos por más que sean proveedores de los centros de salud ofertando excelentes fármacos, los mismos no surtirán efectos por no consumirse de la forma adecuada. Así que, básicamente es una inversión pérdida y un tratamiento malgastado por parte del paciente quien no es consciente del daño que le hace al sistema de salud y el daño que se hace así mismo y que trae como consecuencia, las contantes hospitalizaciones o visitas al médico del paciente afectado por su incumplimiento al tratamiento.
Además, los organismos de salud pública también deben ayudar a ser garantes del cumplimiento del tratamiento, pues es esencial trasladar a la comunidad de pacientes tratados los ensayos clínicos de los fármacos que permitan orientar y mejorar el uso y la formulación de los medicamentos.
Se deben ejecutar planes de adherencia al tratamiento
Es importante que los laboratorios farmacológicos efectúen planes de adherencia al tratamiento, si es posible, junto con las instituciones de salud públicas y privadas, junto con sociedades médicas, gremios, organizaciones de pacientes y demás organizaciones que permitan vigilar y controlar que efectivamente los medicamentos se consuman como son prescritos y no responsabilicen a los laboratorios farmacéuticos, de la efectividad del medicamento que no da resultados a causa de la falta de adherencia al tratamiento.
Por lo tanto, el cumplimiento de los planes de adherencia al tratamiento representa todo un reto en la estructura social y es un tema que debe abordarse, a los fines que el futuro de los fármacos pueda permitir la generación de nuevos medicamentos y que los sistemas de salud tanto pública como privada puedan funcionar y sean efectivos.