Ecuador importa al año alrededor de 1.280 $ millones en fármacos, lo que constituye cerca del 85% de su consumo. De esto, al igual que en muchos países, alrededor de 10% nunca llega a utilizarse. Esta asombrosa cantidad de medicamentos no utilizados plantea un problema de salud pública y hace hincapié en la necesidad de plantear un sistema de recogida o descarte.

Todas las partes que participan en la cadena de la producción venta o distribución de fármacos -compañías farmacéuticas, distribuidores, farmacias, y el gobierno- deben colaborar para diseñar e implementar un sistema de descarte de drogas y de recogida eficaz. Los farmacéuticos, en particular, deben ser proactivos en el apoyo a este movimiento para proteger la salud y la seguridad de los pacientes y consumidores.

Peligros humanos y ambientales

Los medicamentos no utilizados a menudo se almacenan en el hogar, son tirados a la basura o se tiran por el inodoro.

Es esencial deshacerse de los medicamentos no utilizados. Sin embargo, la eliminación inadecuada de fármacos vertidos en nuestras corrientes de agua amenaza el ecosistema. Productos farmacéuticos se han detectado en los arroyos y el agua potable en todo el mundo. Los que se encuentran más comúnmente son el paracetamol, la metformina y la carbamazepina, así como antibióticos, lo que constituye una grave preocupación en vista de la creciente resistencia bacteriana. Los rastros de medicamentos han perturbado el desarrollo y la reproducción de los organismos acuáticos; por ejemplo, han tenido un efecto de feminización de peces machos y han alterado la relación hombre-mujer.

Desafíos en el sistema actual

Una experiencia a considerar es la estadounidense, en donde eventos bianuales organizados por los EE.UU. Drug Enforcement Administration (DEA) no han sido capaces de abarcar la demanda pública en curso. La situación se ha vuelto más compleja ahora que la DEA ha optado por dejar de patrocinar eventos nacionales y en su lugar está permitiendo a las entidades, como los fabricantes y farmacias proporcionar voluntariamente programas de devolución por correo y en lugares en donde se colocan recipientes de recogida de medicamentos (quioscos o contenedores).

Aunque las farmacias son los sitios más accesibles para la eliminación de drogas, a menudo hay resistencia para instalar receptáculos, debido a los costos asociados con la obtención de medicamentos y la incineración, el robo y la colocación inadecuada por los pacientes de los desechos peligrosos.

Si bien se fomenta la participación en el programa de devolución. Entre las grandes cadenas y hospitales, sin embargo, sólo Walgreens acordó instalar recipientes de residuos en 500 ubicaciones en 39 estados, principalmente en sus supermercados de 24 horas.

Ante esto la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), que representa a los fabricantes de medicamentos, se ha negado a financiar los programas de eliminación de drogas y ha anulado enérgicamente las propuestas y las ordenanzas del condado.

En Ecuador la necesidad creciente de las personas por tratar los desechos de forma diferenciada se ha encontrado con la realidad de la escasez de contenedores especiales ocentros de acopio. Una encuesta realizada en diciembre de 2014, en 30.365 hogares, a nivel nacional, regional, nivel urbano y rural, determinó que el 38,32 % de los hogares ecuatorianos clasificaron algún tipo de  residuo. En cuanto a desechos farmacéuticos el 83% manifestó colocarlos con el resto de la basura. De 61.68% de los hogares que manifestaron no clasificar sus desechos, el 35.09% señaló que la principal causa era la ausencia de contenedores accesibles y centros de recogida. Estas cifras son importantes porque señalan que la intención del público está presente pero falta accesibilidad para implementar un programa adecuado.

Otros países lo hicieron

Canadá, México, otros países de América del Sur y los países de Europa tienen infraestructuras que proporcionan a los consumidores un método seguro y conveniente para la eliminación de la medicación. Se han implementado programas en todo el país con financiación permanente pagado ya sea en su totalidad por los fabricantes o dividida entre los fabricantes, mayoristas y farmacias.

Las farmacias se consideran los sitios más accesibles para la eliminación de la medicación adecuada por los consumidores. A pesar de que los farmacéuticos tienen preocupaciones legítimas, pueden trabajar con los gobiernos locales para desarrollar estrategias para proporcionar un medio conveniente para la eliminación de drogas de consumo.

Mientras tanto, para combatir los crecientes problemas de abuso de drogas, las intoxicaciones y daños al medio ambiente, las farmacias deben trabajar para convertirse en lugares de recogida autorizados de fármacos.