Los pacientes están dispuestos a usar antibióticos sin hacer contacto con un profesional médico, de acuerdo con un estudio publicado en Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia.

Este comportamiento puede dar lugar a un uso excesivo y el mal uso de los antibióticos, y podría conducir a la resistencia a los antibióticos.

De abril a agosto del año pasado, el coautor del estudio Larissa Grigoryan, MD, Baylor College of Medicine, Houston, y sus colegas estudiaron 400 pacientes de una población de atención primaria socioeconómica y étnicamente diversa, en las salas de espera de tres clínicas de atención primaria alrededor de Houston, preguntando por su uso de antibióticos en el último año. Dos de ellos eran clínicas de medicina familiar pública que sirven diversos pacientes, en su mayoría sin seguro o con seguro insuficiente. La tercera clínica servido administra principalmente a la atención y el seguro privado pacientes.

Entre los encuestados, el 5% había utilizado antibióticos sin receta médica en los últimos 12 meses. En general, el 25,4% expresó tomar antibióticos sin consultar con un profesional de la medicina, y el 14,2% reportó tener antibióticos almacenados en el hogar, la mayoría de los cuales sobraron de récipes anteriores.

Estas tasas fueron similares en todos los grupos de raza / origen étnico, según los autores. “Las fuentes de los antibióticos utilizados sin receta o almacenados para su uso futuro eran tiendas o farmacias en los EE.UU., los antibióticos ‘sobrantes’ de las prescripciones anteriores, los antibióticos obtenidos en el extranjero o de un pariente o amigo. Los síntomas respiratorios fueron las razones más comunes para el uso de antibióticos sin receta”, escribieron los autores.

“Los encuestados de centros de atención primaria públicos fueron más propensos a apoyar el uso automedicado que los pacientes de clínicas privadas,” dice Grigoryan. “Una de las razones por las que una de cada cuatro personas encuestadas tomó antibióticos sin receta médica fue la conveniencia: lo difícil o costoso de ver a un proveedor en un entorno clínico.”

Los directores de centros de salud, médicos y farmaceutas tal vez deseen examinar si la atención médica en su sistema podría hacerse más accesible, amigable con el paciente y disponible para la demanda, de acuerdo con Grigoryan.

Una posibilidad es que la telemedicina y la comunicación electrónica podría llenar este vacío en muchos casos. Si estos pacientes hubieran sido capaces de acceder a un proveedor de servicios médicos de manera oportuna y conveniente, en muchos casos, el proveedor hubiera podido entregar el mensaje tranquilizador de que no eran necesarios los antibióticos para muchos escenarios, tales como los resfriados y la sinusitis. De esta forma se evita de forma primaria molestias para el paciente, el riesgo y el costo de la toma de antibióticos innecesarios.

En Ecuador se fundó en el año 1999 la Red de Vigilancia de Resistencia Bacteriana para atender esta problemática, informando a los pacientes y haciendo estudios sobre el consumo responsable de antibióticos, con el fin de evitar las peligrosas consecuencias de la resistencia bacteriana.

La resistencia bacteriana a los antibióticos es una de las principales de la ingesta indiscriminada de antibióticos o fuera de prescripción, lo que lleva a la necesidad de la industria a desarrollar antibióticos más complejos y caros para combatir a las nuevas bacterias. El problema es que muchas de ellas se han vuelto resistentes a casi todos los antibióticos ocasionando infecciones intratables y mortales, como las causadas por estafilococo áureo.

En este sentido la problemática debe ser abordada a nivel regional y en el primer nivel de atención y control, debido a que cada país tiene niveles de resistencia diferentes, de acuerdo a las características geográficas, étnicas y sanitarias respectivas.