El desempeño creciente que ha presentado la industria farmacéutica en Ecuador está relacionado con el incremento del gasto de salud que se ha dado durante la última década en el país, principalmente impulsado por el aumento del gasto público en salud. Así, las compras públicas de fármacos se convirtieron en un importante destino de la producción local, aunque el abastecimiento de los laboratorios locales al mercado privado mantuvo niveles comparativamente menores (17% en 2012), pues éste en su mayoría se abastece a través de medicamentos importados, generando así un importante déficit comercial dado el reducido monto de las exportaciones de fármacos.

La estructura del mercado privado muestra que tres cuartos de éste corresponde a productos de venta bajo prescripción, al tiempo que se observan niveles de concentración en los principales actores de las actividades de manufactura local (4 laboratorios producen 47% de la producción local) y de distribución (los 2 mayores actores aportan con cerca de 60% de las ventas), resaltando el creciente peso que han mostrado las cadenas de farmacias asociadas a los principales distribuidores.

Entre las características particulares de la industria local se encuentra el significativo nivel de regulación, incluyendo un sistema de regímenes de fijación de precios, así como los esfuerzos para que los laboratorios locales cuenten con certificados de buenas prácticas de manufactura. Mención especial merece el sistema de patentes con el que trabaja la industria a nivel mundial, pero que se ha visto desafiado en algunos países, incluyendo Ecuador, a través de la emisión de licencias obligatorias para fármacos declarados de interés público, aprovechando las disposiciones previstas en las regulaciones internacionales al respecto.

Los avances tecnológicos y los cambios demográficos generan varios desafíos importantes que la industria farmacéutica global debe enfrentar, incluyendo el desarrollo de nuevas tecnologías, la elaboración de moléculas de mayor complejidad y necesidades crecientes de inversión para actividades de investigación y desarrollo. Por otro lado, desde la demanda aumenta la presión por fármacos con menores costos, originada por el envejecimiento de la población y el consiguiente aumento de los presupuestos estatales de salud pública.

En esta línea, la industria local –orientada principalmente a la producción de genéricos- se encuentra ante la oportunidad de capitalizar los avances mostrados a nivel interno, en especial en la atención al mercado institucional, que permitieron efectuar importantes inversiones orientadas a incrementar su capacidad instalada, la cual puede dedicarse también a cubrir otros mercados incluso de exportación, si bien ello requerirá primero atender los elementos propios de la industria que le restan competitividad ante competidores internacionales ya posicionados.

La situación altamente deficitaria del comercio exterior de productos farmacéuticos que Ecuador presenta (con el segundo mayor déficit comercial ajustado por PIB en América del Sur) hacen que los esfuerzos por revertir dicho desempeño sean de particular interés.

Para ello, se identifican como objetivos potenciales para la industria nacional al mercado local que, estando en capacidad de cubrir, actualmente es atendido por importaciones desde países latinoamericanos especialmente; así como a los espacios disponibles en su mercado natural de exportación -los países de la Comunidad Andina- con quienes registra el mayor déficit comercial, al tiempo que se pueden acentuar las leves ganancias alcanzadas durante los últimos años en otros mercados regionales próximos.

De igual manera se identifican elementos de política regulatoria que pueden aportar en mayor medida a la exportación de fármacos al asegurar niveles adecuados de calidad para la producción local, incluyendo una autoridad regulatoria nacional con alta credibilidad y relaciones fluidas con sus pares regionales; medios necesarios para una adecuada inspección de buenas prácticas en todas las fases de la cadena de suministro; una red de laboratorios independientes de control de calidad; y una apropiada política de bioequivalencia que permita homogeneizar la calidad de la producción de genéricos.

Del análisis estratégico de la industria se desprenden como principales fortalezas el crecimiento experimentado por el mercado, que se espera continúe a partir del incremento poblacional y del aumento de la cobertura institucional de salud, así como la disponibilidad de capacidad instalada para absorber una mayor demanda.

Sin embargo, entre las debilidades más notorias de la industria están la alta dependencia de proveedores externos, procesos operativos y regulatorios aún en desarrollo y la escasa penetración alcanzada por la producción local, especialmente en el mercado privado.

A su vez, se presentan como oportunidades destacadas el aumento sostenido del gasto público en salud y aspectos de la demanda como el creciente envejecimiento de la población y aumento de enfermedades crónicas y de modernidad (principalmente relacionadas con malos hábitos alimenticios y sedentarismo), al tiempo que entre las amenazas está el probable deterioro en la capacidad de compra de la población y de entes del sector público, las dificultades para entrar en mercados externos por apreciación del dólar o requerimientos regulatorios, y elementos de política como implementación de acuerdos comerciales que incluyan provisiones sobre propiedad intelectual o cambios en la priorización de la industria local para las compras públicas.

Fuente, © ESPAE –ESPOL