La esperanza de vida a nivel mundial se ha incrementado gracias a la existencia de nuevos fármacos que permiten tratar diferentes enfermedades que hace años no contaban con un tratamiento farmacológico idóneo para ser combatidas. De allí, la importancia que los laboratorios farmacológicos continúen avanzando en la formulación y reformulación de los medicamentos que permitan curar y salvar vidas, pero, para que esto ocurra los Estados y gobiernos deben hacer valer el derecho de innovación de los laboratorios farmacéuticos, que es el derecho que garantizan la protección a la propiedad intelectual en el ámbito farmacéutico.

El esfuerzo de los laboratorios farmacéuticos

El esfuerzo de los laboratorios radica en la inversión de personal, de intelectuales, de tiempo y en la inversión económica que realizan los diferentes laboratorios en materia de salud para crear nuevos medicamentos. Comenzando esta inversión, en la fase de desarrollo de potenciales medicamentos que se deben ir perfeccionando y mejorando mediante la investigación y el desarrollo que permiten completar todas las etapas de creación del fármaco, hasta que por fin, está listo para ser probado.

Posteriormente, viene el período de prueba clínica autorizada por los propios pacientes, esta fase de prueba es muy importante, ya que, es la que determinará la eficacia del medicamento. Después de hacer todas estas pruebas que representan una inversión económica elevada para cualquier laboratorio farmacéutico, continua la fase de permisos y autorizaciones por parte de las autoridades en materia de salud competentes, siendo comúnmente, esta fase administrativa algo extensa.

Se necesita de un marco legal que brinde protección al derecho de innovación de los laboratorios farmacéuticos

Todo lo anterior, se produce en un entorno complejo y con inversiones de dinero bastante altas por parte de los laboratorios farmacéuticos dedicados a la creación de nuevos fármacos, de allí, que no sea una exageración indicar que crear un nuevo medicamento puede requerir la inversión de más de 2 millones de dólares y un tiempo de elaboración de hasta 10 años de dedicación profesional y técnica, sin olvidar que, según cifras oficiales de la industria de fármacos europea,  solo un 1 de cada 10.000 compuestos farmacológicos en fase de investigación llega a convertirse en un medicamento y que comercialmente hablando, sólo 1 de cada 5 fármacos que terminan siendo comercializados llegan a generan ingresos que superan los costes medios de Investigación + Desarrollo.

Así que, todo este trabajo de inversión y de riesgo que ejecutan los laboratorios farmacéuticos, solo puede ser posible sí en el país en donde se desarrolla la industria, cuenta con el marco legal adecuado que proteja el derecho de innovación de los laboratorios farmacéuticos.

Para crear mejores fármacos se debe proteger el derecho de propiedad intelectual, así hay un resguardo a la inversión de los laboratorios sobre el nuevo fármaco elaborado, en función, que sean los primeros en beneficiarse de las ventas en aras de la recuperación de la inversión.

Los incentivos para la I+D

Por otra parte, no solo es importante la protección al derecho de innovación, sino también, a esto se le suma el hecho de contar con un sistema sólido de incentivos de la I+D, junto con la posibilidad, de incorporar pacientes que se atienden en instituciones de salud pública en el proceso de desarrollo de nuevos fármacos, logrando establecer así, la medición de los resultados de la actuación del medicamento en la salud de los pacientes tratados. Siendo lo anterior, acciones claves que, garantizan la innovación futura en el sector farmacéutico industrial.