Los sistemas de datos de las instituciones sanitarias y clínicas cuentan con cientos, si no miles de campos distintos en sus registros de pacientes y su información de la salud. Sin embargo la idea de compartir todo lo que cae bajo el paraguas de la interoperabilidad es un imposible.
Incluso si la tecnología moderna activa ese nivel de intercambio es innecesario que se lleve a cabo el proceso de análisis de todos y cada uno de los datos. La industria de la salud insiste en que necesitamos de mayor interoperabilidad entre la información de la salud, pero no ha profundizado acerca del significado de esto.
La historia clínica electrónica típica puede recopilar grandes cantidades de datos sobre la salud un paciente dado. Pero a medida que la tecnología se mueve hacia las opciones de los encargados del cuidado médico, se hace más sencillo compartir esos datos en un intercambio electrónico sin fisuras, lo que conduce a que los funcionarios de la salud se pregunten qué y cuántos datos necesitan ser compartidos. También cómo la tecnología facilitará los datos requeridos, mientras que se bloquea la información innecesaria o restringida.
Existe una gran cantidad de negociaciones y trabajo duro para averiguar lo que funciona para que los datos sobre la salud se pongan al servicio de las personas que lo necesitan y queden fuera del alcance de aquellos que no tienen un interés primario en la salud o que, se teme, puedan especular con los datos.
Parte del desafío es el volumen de datos que se produce en cada paciente. Compartir todos esos datos no siempre es útil. Las historias, electrónicas o no, y el intercambio de información de la salud son necesarias para hacer más fácil para los médicos compartir los datos que son clínicamente relevantes para el cuidado del paciente. Lo que no funciona es simplemente por defecto, en un enfoque estándar, que lanza todo a la continuidad de la atención e incluye datos que no son clínicamente relevantes.
Otro reto es acondicionar las leyes, así como las solicitudes de pacientes que bien pueden dictar o bloquear el acceso a los datos. El término oficial para el tratamiento de algunos conjuntos de datos diferentes a otras piezas de datos es “la segregación de datos.”
La información sobre la salud
El procesamiento de datos sobre la información de la salud es particularmente complejo. Requiere que los pacientes opten por el intercambio de datos de salud, lo que conlleva problemas con la seguridad y privacidad. Además, los pacientes tienen derechos sobre el acceso a sus datos, así como restringir el acceso de los otros.
Los sistemas informáticos actuales no ofrecen un gran control en este frente. Las historias médicas electrónicas no ofrecen muchas opciones para este propósito y esas opciones no son fáciles y rápidas de implementar. Hay ajustes predeterminados y opciones de preferencias de los pacientes que no son fáciles de incorporar en los sistemas actuales. Ha sido una dificultad constante en los sistemas de salud de todos los países.
Hasta ahora la mayoría de los proveedores está asumiendo la carga de pedir a los pacientes información sobre la salud y también educar a los pacientes en torno a las opciones. La comunidad sanitaria necesita, por lo tanto, utilizar la tecnología para resolver este complejo desafío para que la interoperabilidad evolucione y se masifique de forma que sea relevante.
Trabajar con los proveedores tecnológicos de forma interdisciplinaria ayudará a que se creen estas opciones, se mejore su obtención y se elabore su interrelación para el desarrollo de sistemas de prevención, tratamiento de enfermedades y diagnóstico oportuno.